En el segundo trimestre de 2016, la actividad desestacionalizada disminuyó a 1,5%, frente al 2,5% a / a registrado en el período anterior. La industria, que se contrajo un 1,5% t / t, fue el principal contribuyente a este débil resultado, debido a la caída de la producción de petróleo ya los desafíos que enfrentan las industrias manufactureras y de la construcción. El sector de servicios también se desaceleró durante el período, a una tasa de crecimiento del 2,4% interanual, frente al 3,4% del 1T2016.
José Antonio Meade, el recién nombrado Ministro de Hacienda del país, ha presentado un presupuesto de 2017 que señala las intenciones del gobierno de intensificar la austeridad. El presupuesto anunció una reducción de 240.000 millones de pesos en el gasto (aproximadamente 12.900 millones de dólares y 1.2% del PIB). Esto está muy por encima de los recortes de 169 bn MXN para 2016 y 124 bn MXN en 2015. La mayoría de las reducciones provendrán de la financiación de la petrolera estatal PEMEX (-5.300 millones de dólares). Por lo tanto, parece que el gobierno se dispara en el pie, ya que las menores inversiones en la compañía petrolera reducirán aún más la producción de petróleo, limitando así los ingresos fiscales futuros.
Además de estos recortes presupuestarios, la fuerte depreciación experimentada por el peso mexicano este año (que llevó a mayores precios de importación e inflación) ha reducido el poder adquisitivo del consumidor. En una comparación de 61 monedas, el peso mexicano registró la tercera variación negativa más grande durante el período de enero a septiembre de 2016 (-12% AaA). Estaba sólo detrás de la libra esterlina y el peso argentino.
El medio ambiente seguirá siendo un reto a corto plazo y, por lo tanto, el impulso disminuirá en los sectores relacionados con el consumo privado. Coface está rebajando su evaluación de riesgos para los sectores minorista y automotriz del país, mientras que los sectores dependientes de los productos básicos siguen en riesgo.
Industria del motor: experimentando una desaceleración. Entre enero y septiembre de 2016, el desempeño de la industria se desaceleró hasta el 0,9%, sobre una base interanual. Dado que la industria automotriz mexicana está altamente orientada a la exportación, este resultado mediocre se debe principalmente a menores exportaciones, y en particular a las ventas más débiles a los Estados Unidos.
Agro / alimentos: riesgos asociados principalmente a la agroactividad. El segmento sigue en alto riesgo debido a varios factores, como los bajos precios internacionales, la depreciación de la moneda que afecta los costos de los fertilizantes importados, las mayores condiciones de pago del sector, la importancia de una buena gestión del flujo de efectivo para financiar los cultivos y las difíciles condiciones climáticas.
Industria Química: todavía no se benefician de las reformas petroleras. Los efectos positivos de las importantes reformas energéticas aprobadas en diciembre de 2013 aún no se han hecho sentir, ya que los menores precios internacionales del petróleo han reducido la atracción del segmento para los inversores. Los recientes recortes presupuestarios, de 5,3 mil millones de dólares en financiamiento para la compañía petrolera pública del país, serán un factor adicional en la disminución de la producción de petróleo.
Construcción: construcción civil socavada por escasos recursos públicos. Algunos proyectos de infraestructura se han retrasado o cancelado, debido a los menores ingresos fiscales de la industria petrolera. La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción espera que las inversiones públicas en construcción se reduzcan en un 30% en 2017.
Servicios: se espera que el crecimiento se desacelere. El desempeño relativamente bueno del sector de servicios está respaldado por fundamentos de ingresos positivos. En un futuro próximo, se espera que este ritmo de expansión se desacelere, a medida que la población empieza a sentir más intensamente los efectos negativos del endurecimiento del ciclo monetario y fiscal.
Farmacéuticos: actividad respaldada por el aumento de la esperanza de vida. El segmento muestra buenas perspectivas a largo plazo, ya que el país tiene una población de alrededor de 120 millones de habitantes y la esperanza de vida está aumentando. En el corto plazo, sin embargo, el sector se verá afectado por recortes en el presupuesto federal.
Venta al por menor: los fundamentos de ingresos se espera que se deterioren en un futuro próximo. Después de verse afectado por la crisis económica de 2008-2009, el segmento ha registrado desde entonces un sólido crecimiento. En julio de 2016, las ventas mostraron un incremento del 7,9% interanual. Sin embargo, el crecimiento debería empezar a desacelerarse, ya que los consumidores empiezan a sentir los efectos de la inflación y las tasas de interés.
Acero: escenario mundial y doméstico débil. La producción de acero de México disminuyó un 0,3% en los primeros ocho meses de este año, AaA. El ambiente seguirá siendo sensible en un futuro próximo. Desde una perspectiva global, parecería que las promesas de China de reducir su capacidad total tardarán algún tiempo en materializarse. Mientras tanto, el mercado interno de México continuará siendo parcialmente socavado por la escasa actividad en la construcción.
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